sábado, 31 de diciembre de 2011

Otro más.

Es un título optimista, que no viene mal con los tiempos que corren. Porque se trata de un año pasado más, o uno menos por pasar. Sin embargo, en un intento, a veces más forzado que natural de optimismo, prefiero pensar en positivo. No sé para qué, pero al menos parece que da menos quebraderos de cabeza.

Uno se hace mayor, de eso ya he hablado en más de una ocasión. Y en ese proceso uno se toma las cosas de una forma más tranquila, o más estóica. El caso es que los fines de año, o los comienzos de años nuevos es algo que hace ya tiempo que no me emociona en absoluto. Básicamente porque no son más que sucesiones de días como los días anteriores y los que vendrán, pero que en esa obsesión del ser humano en ordenarlo todo perfectamente organizadito, los dividimos en años, meses, días, horas, minutos, segundos… Y no es más que eso: un día tras otro, tras otro, tras otro…

Pero, en ese instinto de supervivencia que poseemos al nacer, nos produce placer despedir el año con la esperanza de que el siguiente sea mejor o, por lo menos igual que el anterior, según cada caso.

Por supuesto, el que más y el que menos tiene su lista de buenos propósitos para el año nuevo. Propósitos que se repiten un año tras otro cual día de la marmota y que dura con fuerza los dos primeros meses del año, pero que, según avanzan los días nuestra propia rutina y ausencia de fuerza de voluntad se encarga de ir minando. Siempre por motivos más que justificados, por supuesto.

Y lo despedimos/recibimos con todo tipo de supersticiones en forma de oro en la copa de cava, ropa interior roja o, comiendo lentejas el primer día del año. Agarrándonos a lo que sea con tal de mantener esa esperanza, cuando lo realmente divertido de esta mierda de vida es que las cosas sólo necesitan de un mínimo segundo para que sucedan, y a esas cosas les dan igual que ese segundo suceda en un año o en otro.

Personalmente mantengo una costumbre que ya comenzó mi padre hace… no sé realmente cuando comenzó, porque desde que tengo uso de razón (no hace tanto de eso) recuerdo el mismo rito año tras año: cuando suena la última campanada con la que finaliza el año anterior y comienza el nuevo suena en mi casa una versión del ‘Jingle Bells’ interpretado por la orquesta de Paul Mouriat.

En mi memoria estarán siempre los días 31 de diciembre preparando ese cassette bastante deteriorado, cuya cinta sufrió el recorte y posterior pegado con pegamento fruto de la cantidad de años de uso, único uso en los finales de año.

Y recuerdo la alegría que me produjo encontrar, tras años de búsqueda ese disco en algún lugar de la red, lo que posibilitaba la opción de jubilar de una vez por todas esa cinta que ya dio todo lo que pudo dar de sí.

Y lo sigo haciendo, no por superstición ni porque pienso que si no lo hago sonar algo falla, sino porque me parece una bonita forma de perpetuar una sencilla costumbre que, no sé por qué motivo a mi padre se le ocurrió comenzar no recuerdo qué año.

Tras el sonido de la última campanada brindaremos, nos abrazaremos, nos besaremos, y bailaremos la recopilación de música basura que una de mis hermanas me ha encargado. Y nos iremos a dormir cada loco con su tema: algunos contentos porque por fin se fue este año y seguro que el siguiente será mejor. Otros con aquello de ‘virgencita, virgencita, que me quede como estoy’. Y yo con la ilusión de que llegue ese segundo que cambie algunos aspectos de mi vida.

Pero, en fin, por hacer alguna petición, pido que los que están en mi día a día sigan estando.

Y por muchos años.

Feliz año 2012 a todos.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Saca la bota, María

Pues así reza parte de uno de los villancicos más cantados en estos días. Que, pensándolo bien, se pone uno a pensar en las letras de ciertos villancicos populares y, después de un minucioso análisis te das cuenta que alguno es para hacérselo mirar.

Pero, en fin, que puestos a felicitar unas navidades que no siento como fiesta ni como nada especial, he preferido hacerlo a través de mi espacio personal. Mi rinconcito donde a veces hago terapia sin tener que pagarle a ningún psiquiatra.

Y para ello me he ambientado. No, no me he vestido de Papá Noel, aunque tenga envergadura para ello, ni de niño Jesús, más que nada porque quedaría ridículo en pañales a mi edad. Me he ambientado poniéndome el disco de villancicos que ha sacado mi admirado Michael Bublé este año. Pero ni así.

Creí que el swing me ayudaría a que, al menos penetrara en mi una mínima gotita de ánimo navideño. Pero no hay forma.

No sé si es que cada año soy más escéptico, mas cínico, o que el tiempo tan estupendamente primaveral que estamos disfrutando en Málaga ayuda poco a sentir ese sentimiento. La cuestión es que me he despertado tarde, como mandan los cánones del fin de semana y me he dado cuenta que estoy más cerca del Mr. Scrooge del 'Cuento de Navidad' de Dickens que de cualquiera de las felicitaciones que he recibido con todo tipo de pompa, alegría y rín rín de los villancicos.

Acabamos de empezar, y aún queda tiempo para que, como en el maravilloso cuento de Dickens que siempre me traerá a la memoria a mi padre, el Mr. Scrooge que llevo dentro este año se transforme en el mismo que renace tras la visita de los tres fantasmas de la Navidad. Pero hoy por hoy... nada... si me pinchas, no sangro.

Lo más triste es que el tiempo, las preocupaciones y las prisas del día a día hace que ya ni siquiera eches de menos a los que te gustarían que siguieran contigo. Te acuerdas de ellos, sí, sobre todo del que siempre tanto disfrutaba de estas fechas, pero como ya has aceptado que ya no podrá ser, pues te acuerdas, y esbozas una mínima sonrisa al recordarlos, pero nada más.

Supongo que el no tener hijos ayuda a este escepticismo, porque los que realmente viven estas fiestas son los dos extremos: los niños, cuya inocencia (bendita inocencia), ayudada por una programación especial en la tele, y por unas vacaciones donde olvidan sus obligaciones disfrutan en estos días. Y los abuelos, que, quizá pensando en que ya no les quedan tantas navidades por pasar, se les cae la baba reuniendo a todos en sus mesas y contando eso de 'cuando yo era joven...'

Pero no. Yo, ni tengo hijos ni tengo abuelos. Sólo tengo un perro al que estos días le dan igual. Él, con poder dormir cómodo, estar encima mío cada vez que le apetece y que le ponga su comida ya es feliz. Es más, el año pasado le compré una comida un poco más especial por Navidad y ni la olió, porque esa no era su comida de siempre.

Así que solamente me queda una opción: 'Saca la bota, María, que me quiero emborrachar'.

Feliz Navidad a todos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

De concierto

Cuenta saldada.

Hace años que tenía pendiente ver a M Clan en concierto y, muchos años después de proponérmelo, por fin lo conseguí.

Es verdad que no es lo mismo, porque de la formación inicial solo quedan Carlos Tarque a la voz y Ricardo Ruipérez en las guitarras y coros, pero menos es nada.

Atrás quedo esa maravillosa banda formada por éstos dos ya mencionados además del guitarrista Santiago Campillo, el bajista Pascual Saura (D.E.P), el teclista Iñaki Uribe y nuestro ex Black Jack Juan Antonio Otero a la batería.  Ese grupo que en su primer disco 'Un buen momento' se marcharon a Memphis a imbuirse del espíritu de Elvis para hacer un gran trabajo lleno de rock sureño muy cercano a los estadounidenses The Black Crowes.

En mi modesta opinión, M Clan ha llevado una trayectoria que ha ido separándose de su línea original, sobre todo después de su directo acústico 'Sin enchufe' tomando caminos mas pop, más comerciales, quizá, pero que siempre ha dejado un ligero olorcillo a rock, soul y blues. Hasta que en el pasado año el dúo Tarque - Ruipérez editaron su último álbum 'Para no ver el final' grabado en un estudio pero en directo, a la antigua usanza, con un sonido mucho más directo y sobre todo recuperando mucho del blues rock y el soul de antaño.

Pues bien, el concierto se celebró en la sala Paris 15, escenario que yo aún no conocía y del que me llevé una gratísima sorpresa por su buena acústica, y una muy buena organización a la hora de la entrada y salida del evento.

La sala estaba llena en poco más de la mitad, aunque poco a poco, a medida que el concierto se iba desarrollando iba entrando más público hasta llegar a sus tres cuartas partes, lo cual nos vino muy bien a Isa, mi gentil acompañante y a mi que no nos gustan nada las aglomeraciones y disfrutamos como niños (yo más que ella) al fondo de la sala sin apenas molestias.

Hubo algo que me llamó muchísimo la atención, sobre todo porque yo soy un enfermo de la puntualidad, y mucho más cuando voy a algún evento con una hora programada, y es que la gente seguía entrando con el concierto bastante empezado. Porque, vale, puede ser que algunos tengan su salida laboral a una hora que no les permita llegar antes, pero lo que no me explico es cómo, tras más de una hora de concierto e, incluso estando éste en su tramo final, había público que seguía entrando a la sala.


Musicalmente yo disfruté mucho de una banda muy buena sobre el escenario. Tarque es un animal de directo. Se lo trabaja muy bien e, incluso me llegó a recordar en ciertos momentos al mítico Miguel Ríos en muchas de sus poses. Vocalmente tiene una voz privilegiada para el rock, blues y soul que predican, aunque no se mostró muy locuaz.


Ruipérez estuvo en su papel. Correcto en la guitarra y correcto en los coros, aunque mucho menos dinámico que sus compañeros de escenario.

El resto, de músicos, Iván González (bajo) y Coki Giménez (batería), Prisco a la guitarra y el trío de metales 'No Reply', con saxo, trompeta y trombón estuvieron a la altura sonando como los M Clan que yo conocí en los 90, con excepción del bajista que, a mi manera de ver tocaba con estilo más agresivo que el desaparecido Pacual Saura.

En cuanto al repertorio eché de menos más referencias a sus tres primeros discos. Se dedicaron a promocionar más su último trabajo que ya lleva más de un año en el mercado y lo mezclaron con sus éxitos comerciales más sonados. Por supuesto no falto 'Llamando a la Tierra' (no me gusta nada ese tema), 'Carolina', la 'Maggie' de Rod Stewart, 'Roto por dentro', 'Miedo', etc. Es decir, un set list más comercial o, por no decirlo así, de mayor éxito en las radiofórmulas.

Está claro que no llueve a gusto de todos y no puedo pretender que una banda que lleva 9 discos en el mercado dedique sus conciertos a sus tres primeros discos más el último obviando el resto que fueron los que realmente lo lanzaron al gran público.

En cuanto a formación no eran los M Clan que a mi habría gustado ver, ni musicalmente fue el concierto que a mi me hubiese gustado disfrutar, pero con todo y con eso eso salí muy satisfecho de una noche de rock, blues rock y muchos retazos de soul.

lunes, 10 de octubre de 2011

La percha de las 'guantás'

Tengo muy buenos amigos en Cataluña. Concretamente en Barcelona, ciudad de la que me declaro locamente enamorado.

Gente estupenda, con una nobleza, un sentido del humor y una concepción de la amistad que pocas veces he percibido.

Siempre que he ido a visitarlos me han tratado con un cariño, una dedicación y una atención exquisitas.

Mi amigo Ignasi, sus hermanas, Marta y Pili, mi Asun de mi vida, su marido Alfredo, y mi amigo Jose  con el que menos contacto tengo pero que las poquitas veces que lo he visto me ha llenado de cariño y de muchas risas.

 Por otro lado, para que se entienda bien el motivo de esta entrada en el blog, tengo que decir que, los que me conocen saben que soy una persona moderada. Me alejo de los extremos porque me dan pavor, y de política no entiendo.

Y menos aún entiendo de nacionalismos. No sé qué debe sentirse para declararse de tal o cual país, región, religión, incluso hasta de equipo de fútbol. Quizá porque creo que los problemas reales están en otras cuestiones.

Considero que soy español porque mis padres lo eran también y, porque, por circunstancias me tocó nacer en una porción de tierra que oficialmente se llama España, y que está, a su vez, subdividida en regiones y a mi me tocó nacer en una llamada Andalucía.

No entiendo de banderas, ni de fronteras. Creo en la gente, más concretamente en la buena gente, y me da igual si esa buena gente es de España, de Japón o de las Islas Feroe.

Al igual que detesto a la mala persona. Al que humilla, al que utiliza su poder para pasar por encima de todo, al que hace daño y, sobre todo al que habla sin saber… esos me ponen de los nervios.

Y por aquí va el tema en cuestión. Unimos esas tres cuestiones, mis lazos emocionales con Cataluña, mi completa ausencia de fe en los nacionalismos y mi rechazo al que habla sin conocimiento y sale el tema del que quiero escribir hoy.

Como dice un buen amigo, parece que los que hemos nacido en Andalucía somos últimamente “la percha de las guantás”, es decir, que somos los imbéciles de turno a los que atacar porque, según se considera en el noreste de España y más concretamente en esa tierra que tanto adoro, Cataluña, Andalucía es considerada como uno de los baluartes de España.


Declaraciones como las de Puigcercós, como las de Artur Mas y, en estos últimos días las de Durán i Lleida provocan que hasta un tipo moderado en estas cuestiones como yo diga que ya está bien. Que nos dejen en paz, que ya bastante tenemos con la imagen que el cine español ha dado durante años sobre los andaluces para que encima estos tipos vengan ahora a seguir calentando al personal por algo de lo que, como he dicho antes no tienen ni puta idea.

Pugicercós: en Andalucía no se pagan impuestos. No, claro, no se pagan. Lo de Hacienda, los recibos de impuestos de circulación, las aportaciones a la Seguridad Social, etc., esos son sólo folletos informativos que nos mandan a casa por si algún día queremos colaborar como si fuese el Domund.

Artur Mas: a los andaluces no se les entienden al hablar.  Pues no sé, porque siempre que he salido de Andalucía, e incluso cuando he salido de España a mi me han entendido perfectamente, y puedo asegurar que es difícil, porque vocalizar no es precisamente lo mío.

Cierto es que si nos metemos en la Andalucía profunda podemos encontrar especímenes a los que es realmente complicado entenderles por lo apretado de su forma de hablar, pero eso es algo que pasa en todas las regiones del país, porque os puedo asegurar que tratar de entender a un gallego que no ha salido de su aldea en toda su vida es realmente complicado. Lo mismo de un catalán de los pueblos del interior.

Durán i Lleida: (nótese que no he querido tocar los cojones porque estaba pensando en escribir Durán y Lérida) Los impuestos los paga el catalán para que el agricultor andaluz cobre el PER y se pase el día en el bar del pueblo. Porque haberlos, haylos, es cierto, pero afortunadamente no es la gran mayoría, y el resto curra. Pero además curra mucho de sol a sol, en campos duros de trabajar para ganar cuatro mierdas de céntimos.

Me parece bien, lógico, loable y, hasta recomendable que uno luche por lo suyo y por los suyos, pero no a toda costa. Deja en paz a tu vecino que bastantes problemas tiene ya para que encima nos vengas con llantos desde la comodidad de tu poltrona y de tu cuenta millonaria de sueldo de político. Sueldo que no quieres perder (otro tipo de subsidio) y que intentas mantener calentando al personal poniéndolos en contra de los demás para, quizá tapar las muchas carencias que tú tienes en tu propia casa.

No me voy a meter en que si ellos hacen, no hacen, o dejan de hacer. No es mi estilo, entre otras cosas porque veo estúpido e infantil aquello de “pues anda que tú…”

Y el que quiera ver en este artículo un ataque a Cataluña y a los catalanes va por mal camino además de no haber entendido un pijo de nada de lo que acabo de escribir, porque repito: me da igual que el imbécil sea de Cataluña, de Cantabria o de donde sea. El imbécil, nace imbécil, crece imbécil y muere imbécil. Es lo malo de tener una tara de nacimiento, que la llevas contigo de por vida.


Mi amiga Asun se queja de que está harta de que siempre que sale de Cataluña siente que tiene que pedir disculpas por ser catalana. Y la entiendo, porque con estas declaraciones que estamos sufriendo últimamente por parte de una minoría política catalana vamos a ser también nosotros, los andaluces lo que tengamos que ir pidiendo perdón por ser andaluces.

Y después de pedir perdón contaremos un chiste, para completar el pack de tópicos.

He dicho.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Cosas veredes (y en ocasiones, probares)

Ayer por la tarde, yendo de acompañante estuve en un centro comercial. Una gran cadena de hipermercados de nacionalidad francesa... que estuve en el Carrefour, vamos... y me acordé de que mi querida hermana Sandra me comentó que habían puesto a la venta unas patatas fritas moradas que estaban, mmmmmmmm, ¡¡¡buenísimas!!!

Yo, que soy bastante caprichosito y que, además me encanta probar nuevas guarrerías varias , fui raudo y veloz a buscarlas y, al ver las fotos donde en el paquete se muestran dichas patatas desconfié bastante del supuesto maravilloso sabor que mi hermana predicaba. Más que patatas me parecían pequeñas costras de heridas o granos secos... bastante asquerosillo, lo admito, pero esa fue la sensación que me produjeron esas fotos.

Sin embargo seguí adelante con la compra confiando en el gusto de mi hermana y confiando igualmente en que las fotografías del paquete no hacían justicia con el sabroso manjar que contenía la bolsa.

No quise esperar más, así que esa misma noche, al llegar a casa hice una cena en función de aquellas patatas, es decir, algo de picoteo para combinarlas.

Y en ese momento comenzó el desastre...

Efectivamente, las fotos del paquete no hacían justicia, porque el sabor fue aún peor del que se podía suponer al ver esas imágenes.

¡¡¡Saben a patatas fritas quemadas y, ademas, sosas!!!

Buscas información por Internet y encuentras cosas como: " No parecen lo que son: patatas chips de un atractivo color violeta. Simulan pétalos de flores... pero su sabor es totalmente a patata, saladita, crujiente, deliciosa."

Efectivamente, no parecen lo que son, porque donde unos ven " patatas chips de un atractivo color violeta. Simulan pétalos de flores", yo veo patatas negras que simulan eso mismo, patatas negras de haberse quemado.

Y donde unos aprecian "sabor totalmente a patata, saladita, crujiente, deliciosa", yo degusto un sabor a patata, sí, pero quemada, sin sal, amarga... eso sí, crujientes sí que lo son, seamos justos.

Así que después de malgastar 1,70 € (encima son caras), llego a dos conclusiones:

- Que a mi hermana Sandra, Dios le conserve la vista, porque el gusto es para mirárselo.

- Que estos del Carrefour, una de estas tres opciones: o son unos cachondos, o tienen un maravilloso equipo de marketing que son capaces de vender como delicatessen las patatas que se les queman o tienen el gusto donde la espalda pierde su casto nombre.

Aún así, me conozco y cuando vea alguna otra guarrería al alcance de mi malherido bolsillo, iré rápido a probarlo a sabiendas que, quien con fuego juega, al final se quema. Y, hacedme caso, de eso sé un poco, y no sólo por el quemado de estas patatas.

viernes, 26 de agosto de 2011

Para tontos

Mi amiga Asun, en una de nuestras interminables conversaciones telefónicas me leyó ayer la moraleja de una fábula que le habían enviado que me hizo reir. Fue una risa en la que se mezclaba el humor y la ironía por lo que dicha moraleja decía, y le pedí que, por favor me enviara el texto completo.

Una vez recibido, me acordé de cuando nuestros padres nos decían que en la vida más vale pasar por tonto que por listo, algo que no lograba entender hasta que la vida me puso en situaciones en las que la estrategia del tonto me valió para salir airoso de situaciones complicadas.

Porque, en efecto, aquel tipo que me preguntaba tanto debió pensar de mi que yo era un estúpido irremediable. Pero lo que no sabía es que mientras más estupido era yo, más lo era él por caer en mi estrategia.

Así que aquí os dejo la fábula. Muy recomendable para ser utilizada en ciertos momentos de nuestras vidas:

Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños recados y recibiendo limosnas. 
  
Diariamente, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 centimos y otra de menor tamaño, pero de un euro. Él siempre tomaba  la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.  
 
Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había  percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió: 
- Lo sé señor,  vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el juego se acaba y no voy a ganar más mi moneda. 
Moraleja: 
'El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente'.

Dedicado a aquellos que entre el 2003 y el 2005 pensaban que me estaban hundiendo. Hoy puedo ir con la cabeza bien alta. Ellos, no.




martes, 26 de julio de 2011

El primer ídolo



"Bienvenidos", así comenzaba un directo que, por influencia de mi hermana mayor me llamó muchísimo la atención.

Era, quizá la primera macrogira que un artista español emprendía por aquel verano de 1982, aunque no llegó hasta mis oídos hasta el verano siguiente, el del 83. Un verano que pasé junto a mis primos en Salobreña, provincia de la Granada natal de Miguel Ríos, mientras mis padres se ocupaban del traslado de nuestra residencia desde Sevilla hasta Málaga, ciudad donde llevo viviendo desde hace ya 28 años.

Lo pasé bien ese verano, entre músicas, piscina, alguna que otra excursión al pueblo y mucho fútbol y tenis (igual que ahora, que no me muevo ni aunque me empujen). Amistades como la del chico que vendía helados en el puesto junto al campo de fútbol y la de una familia alemana que veraneaba junto a nosotros cuyo hijo menor se llamaba Olga. Nombre que a mi me tenía muy desconcertado, porque en España, Olga es nombre de mujer.

Pues en ese verano aparecieron mis primeras inquietudes musicales. Y más concretamente, mis primeras inclinaciones hacia el rock, porque, mientras mis primos escuchaban el "Hoy no me puedo levantar" y el "Barco a venus" de Mecano, yo me sentía mas atraido por las guitarras distorsionadas de temas como "Banzai" o "Un caballo llamado muerte".



El ritual era siempre el mismo: terminábamos de comer, hacíamos la siesta obligada para que los niños dejáramos de dar el coñazo a los padres y, mientras mis primos leían, jugaban o se iban a escondidas a la piscina, yo me quedaba cada día a darle mi repaso a ese casette que reproducía ese directo que me tenía embelesado. Así, día tras día. En un reproductor que ni siquiera era stereo y que, ahora me sonaría a lata, pero que en aquel momento me descubría cosas que hasta ese momento no había conocido.



Mi gran deuda: no haberlo visto nunca en directo. Y me temo que me quedaré con las ganas, porque en estos momentos Miguel Ríos está haciendo una gira de despedida (no está mal, ya tiene 67 años...) el "Bye bye Ríos" y, a no ser que se produzca un milagro, no podré verlo, porque lo más cerca que me pilla es Sevilla (donde será precisamente su último concierto) y no están las cosas ahora para hacer gastos.

Estuve a punto. Es más, tenía mi entrada en la mano e, incluso llegué al recinto donde se celebraba el concierto, pero un fallo en la organización que vendió mas entradas de las que realmente se podían no me permitieron cumplir ese deseo. Porque llegué a entrar, pero era tal la acumulación de gente que sólo pude escuchar algo desde los pasillos del recinto estando ¡en tercera fila! Así que, con un cabreo monumental decidí irme.

Así que esos fueron mis orígenes musicales. Y la de otros tantos, porque gran parte de los grupos de rock españoles posteriores no han ocultado nunca la gran influencia que tuvo Miguel Ríos en ellos.

Los primeros grupos de rock duro españoles de los 80 y alguno que otro que aún sigue en activo como los Pereza o M-Clan han declarado públicamente en más de una ocasión la influencia que han tenido en sus múscas el artista granadino, tal como se demostró en un excelente disco de homenaje publicado hace escasos años.

lunes, 25 de julio de 2011

Comenzamos la lista.

Lo prometido es deuda, y aquí estoy el lunes empezando este proyecto que aún no tengo ni idea de cómo desarrollar, por lo que he decidido dejarme llevar y hacerlo según me vaya apeteciendo. Eso sí, vuelvo con otro diseño de blog porque el anterior no me terminaba de gustar y es tanto el aburrimiento que llevo encima que decidí darle otro aire, aunque no sé si será el diseño definitivo porque, aunque me gusta más que el antiguo, no me termina de convencer.

Para la lista de canciones voy a tener en cuenta la idea de mi amigo Ale, que me sugirió proponer una canción por día. No me parece mala idea, lo que pasa es que dándole vueltas al tema sé que no será sólo una diaria, porque cuando empiece a escribir sobre una canción en particular estoy seguro de que esa me llevará a otras.

En fin, que no tengo ni repajolera idea de cómo saldrá esto, pero salir, saldrá seguro.

Tenía ya en mente cual sería la primera canción en comentar y proponer, pero los acontecimientos me han hecho cambiar esa idea inicial y me siento en la obligación de escribir hoy sobre una artista que tenía pensado incluir en mi lista, pero más adelante. Y esa no es otra que la autodestructiva Amy Winehouse.

Su muerte no ha sido una noticia que haya pillado a nadie por sorpresa. Tanto es así que su propia madre así lo ha dicho a la prensa, que su muerte era cuestión de tiempo.

Una pena, porque las veces que esta chica estaba bien, pocas veces, sobre todo en los últimos años,era una maravilla oirla cantar un soul puro, con una voz muy particular, muy propia de este estilo que a un servidor le encanta.



Se une a un "selecto" club de jóvenes músicos de vida corta pero intensa: el club de los 27. El club de los fallecidos con esa edad, como fueron Brian Jones, guitarra de los Stones (ahogado en una piscina), Kurt Cobain por suicidio, Janis Joplin por sobredósis de heroína, Jimi Hendrix ahogado en su propio vómito (al menos éste murió alimentado) o Jim Morrison por supuesto fallo cardiaco súbito.

¿Pacto con el diablo? Bueno, eso se dice, aunque más bien creo que se dice para alimentar aún más la leyenda rebelde de estos músicos. A no ser que pacto con el diablo y vida de excesos sean dos conceptos que signifiquen lo mismo.

Heredera del soul más clásico de finales de los 50, de figuras de la talla de Sam Cooke, Marvin Gaye, Otis Redding, o del blues de Billie Holiday tan influyentes en la escena musical británica, nos brindó una obra de arte en forma de disco con "Back to black", su segundo trabajo de estudio. Y éramos muchos los que esperábamos nuevo material aunque conscientes de que eso sería muy difícil viendo el camino que estaba tomando la cantante londinense.

Una pena, porque de nuevo el descontrol de la fama nos deja sin un verdadero valor musical.

viernes, 22 de julio de 2011

Preparaos...

Llevo un tiempo con una sequía creativa importante y preocupante, porque le doy mil vueltas a la cabeza sobre qué escribir y no me surge nada que me resulte interesante.

No sé si es resultado de "las calores" que estamos sufriendo o que me he dejado llevar por la apatía resultante de tener todo el tiempo del mundo a mi disposición porque, para los que no lo sepáis, desde finales de junio soy uno más de la inmensa lista de desocupados de este país, situación que espero quede resuelta en unos meses. O, al menos así me lo han prometido.

He hecho una lista de cosas a modo de propuestas de año nuevo para hacer y tener el tiempo ocupado, pero como tales propuestas, uno lo va dejando para mañana o, como suele pasar "el lunes empiezo, lo prometo". El caso es que los lunes van pasando y no empiezo nunca. Pero lo haré, confío en mi... que si no confío yo, ¿quién lo va a hacer?

Así que, como mi cabeza ha entrado en modo ahorro de energía, he tirado por el camino más fácil: la música.

Y he pensado.. ¡coño!, ¿por qué no hago una lista de aquellas canciones que de una forma u otra han supuesto o han influído algo en mi vida?

En una primera fase pensé que, quizá me supondría mucho trabajo, porque tantas músicas, tantas canciones, tantos estilos diferentes escuchados en mi cuarentena (y uno) dificultaría limitarlo a una simple lista.

El segundo problema que se me planteó fue que el modo ahorro de energía mental me estaba limitando escoger las canciones.

Pero cuando por fin me he puesto a recordar y elegir me he encontrado con el peor problema, y éste no es otro que he ido haciendo una lista y es interminable porque, para colmo mi idea es la de, no sólo poner las canciones en una simple lista, sino explicar el motivo por el que las elijo. Por tanto me encuentro con un problema de cantidad y densidad.

Pero como no se me ocurre otra cosa, lo voy a hacer, pero no todo de una vez, sino por entregas. Aún no sé si de diez en diez o de veinte en veinte. Y si enmedio de tales listas se me ocurre algún otro tema sobre el que escribir, lo haré. Mientras tanto de esta forma me entretengo elaborando unas listas más o menos coherentes (todavía no sé bajo qué criterios ordenaré las canciones) y aquellas almas caritativas que queráis opinar y/o proponer, pues lo podáis hacer.

El lunes empiezo, lo prometo.

lunes, 4 de julio de 2011

De concierto

Carmen París es de esas artistas que sabes que no te van a defraudar. Como realmente así fue en un concierto íntimo en un pequeño teatro en el que el escenario está al mismo nivel que la primera fila y a, escasamente dos metros de separación entre público y músicos, lo que posibilita una unión más palpable entre ambos.

La París, como ella se autodenomina en muchas ocasiones no es una gran conocida, lo cual me sorprende muchísimo. No sé si afortunadamente o por desgracia. Supongo que para ella supondrá algo de cada cosa porque tendrá el bolsillo menos lleno que las megaestrellas, pero se puede permitir el lujo de caminar por la calle como una persona anónima más.


Aunque da cierta rabia que entre los top de ventas haya tanta bazofia mientras que artistas de la calidad compositora y de la valentía de la París sea algo que sólo escuchamos gente “rarita”.

Claro, que si a un simple mortal tú le explicas que esta chica lo que hace es fusionar la jota aragonesa con otros ritmos y sonidos del mundo, incluído un chotis madrileño, lo más normal es que tu interlocutor te mire con cara de “¿qué me estás contando?” “¿qué mierda es esa?”.

Pero así es. Esa es parte de la valentía de esta mujer, el atreverse a fusionar algo tan intocable como partituras enraizadas dentro del folclore popular de su tierra (Aragón) con otros ritmos, otros sonidos igualmente extraídos de sus raíces folclóricas para demostrarnos a todos que, si se hace de forma natural y con el alma, la música es eso, música en todas las partes del mundo. Y, como conjunto de notas musicales conectadas entre sí por el sentimiento, son susceptibles de ser hermanadas dando resultados muy bellos.

Como bien dice ella, pasó con el flamenco, donde los más puristas pusieron el grito en el cielo cuando aparecieron nuevas formas de sentirlo. Y le pasó a ella, cuando, tras su primer disco “Pa’ mi genio”, los críticos musicales de su región la pusieron a caer de un burro para después callar sus bocas en un segundo trabajo magistralmente titulado “Jotera lo serás tú”.



Pues volvamos al concierto.

Un teatro Echegaray, en el centro histórico de Málaga, maravillosamente renovado (era una vergüenza mantener cerrado tantos años una maravilla así), completamente lleno de un público tan cercano a la artista que se podía mantener una conversación con ella, como de hecho una señora intentó.

Con un público que a mi me llamó la atención, por la edad. Quizá mayor de lo que yo esperaba para ser seguidora de la compositora maña, pero entregado y emocionado desde un principio ante la maravillosa ejecución de cada uno de los temas con una personalísima voz y un piano como únicas armas, a excepción de un solo tema, el primero en cantar que lo hizo acompañada de un djembé.



Pero solos los dos. Carmen París y nosotros, el público, que íbamos descubriendo una a una cada canción gracias a las introducciones que la propia Carmen nos iba relatando para explicarnos con un gran sentido del humor y mucha ironía cual era el sentido de cada melodía y el origen de cada una de las letras.

Teniendo siempre presente sus orígenes. Sus orígenes, no sólo territoriales, sino también familiares, porque en casi todas sus composiciones aparecía una referencia a sus abuelos o sus padres lo que, a nuestro modo de entender (mi modo y el de Isa, mi maravillosa acompañante) la hacía más entrañable y más cercana.

Mucha dosis de folclore popular, con la jota aragonesa como hilo conductor, porque, tal y como ella nos explicó, “la jota es la madre del cordero [sic]” . Primero fue la jota y el resto vino después. Pero sobre todo mucho alma, mucha calidad, muchas dosis de humor y retalitos jazzísticos para rematar la faena.

Un enorme placer, Carmen.

jueves, 16 de junio de 2011

41

Ya sí. Ya es oficial. Desde anoche a las 4:00 a.m me considero oficialmente un cuarentón.

Y también desde anoche dejo la frontera entre los treinta y los cuarenta que me ubicaba en tierra de nadie para ser uno más de los que entran en su época de madurez. (¡JA!)

No, no cumplo 40. Cumplo 41.

¿Y? Pues nada, la verdad. Me siento igual que ayer. Igual que con treintaytantos, aunque diferente, no por ir agotando etapas en años, sino por ir acumulando experiencias, positivas y negativas principalmente, pero enriquecedoras una vez pasadas y una vez sufridas.

No me engaño. No uso la fórmula de muchos que hablan de tener treinta y once (en mi caso). Tengo lo que tengo. Y ahí están, me guste o no. Y la verdad es que ni me gusta ni me deja de gustar. Son y van a ser de todas formas, piense yo lo que piense. Lo sienta yo como lo sienta.

Si soy objetivo, no soy un cuarentón estándar. No me he casado, no tengo pareja, no tengo hijos, tengo un trabajo inestable y de poco futuro y tengo como compañero de viajes un perro al que adoro, pero que cierra un círculo del estereotipo de soledad que todos conocemos.

Y, ¿cómo lo veo desde un punto de vista subjetivo? Pues esto es ya más complejo.

Si pienso en mi infancia, me siento un niñato. Cuando yo era niño y veía a mis padres, a mis tíos con cuarenta años me los quedaba mirando y soñando que yo, con sus edades sería como ellos. Y no ha sido así. Ellos estaban en un pedestal en el que yo no me siento. Ellos tenían sobre sus hombros unas responsabilidades que yo no tengo. Ellos habían cumplido unas etapas y unas expectativas que yo no he cumplido.

¿Y me hace sentirme mejor o peor que ellos? Pues ni mejor ni peor. Son épocas diferentes. Son caminos diferentes. Han sido aciertos y errores diferentes.

Yo he cumplido mis etapas también, ni mejores, ni peores. Distintas. Porque a mi, la vida me ha llevado por otros caminos. Esa es la gran diferencia o, al menos así lo siento.

Y porque a mi, las más grandes enseñanzas me han venido de forma casi siempre traumática, y quizá era esa la mejor forma de que me llegaran después de haber estado muchos años, demasiados años excesivamente protegido por unos padres que de repente se fueron y que me obligó a tomar unas riendas antes desconocidas para mi.

Que ya no soy el de antes ya lo sabía hace unos años. Lo sé desde la última vez que me emborraché y la resaca me duró cuatro días. Lo sé desde que me di cuenta que prefiero disfrutar del día y fui dejando la noche cada vez más de lado. Lo sé desde que me di cuenta que me importaba cada vez menos lo que dijeran de mi. Lo sé desde que me siento cada día con menos vergüenza para decir lo que pienso y me dejo arrastrar menos por lo políticamente correcto. Lo sé desde que empecé a sufrir patologías estúpidas asociadas con la ansiedad y enfermedades inventadas por mi propia cabeza. Lo sé desde que comprobé que me siento capaz de contener mis emociones (odio eso). Lo sé desde que admito que lloro cuando me apetece hacerlo y reivindico el llanto como una estupenda forma de desahogo. Lo sé desde que, no me río, sino que me descojono de mi mismo. Lo sé desde que lo relativizo todo.

Pero sobre todo lo sé desde que aprendí, o la vida me enseñó a aprender a esperar. A no tomarme las cosas a la tremenda. A buscar soluciones, no a esperarlas y, sobre todo a que lo que venga, vendrá. Y cuando venga ya tomaremos las medidas.

Es curioso. Me acabo de dar cuenta de que hace años, no recuerdo cuántos, que no celebro mi cumpleaños con una fiesta y este año lo voy a hacer reuniendo en mi casa a mis hermanas y sus maridos y a mi ex (sí, somos así de modernos). Pero ha sido una casualidad, una excusa más para estar juntos. Porque cumplir años no creo que sea motivo de celebración… ni de no celebración. Lo realmente digno de celebrar es seguir tirando pa’lante y eso es algo que hacemos día a día. Lo que pasa es que es algo tan cotidiano que ya lo hacemos casi sin darnos cuenta. Pero ese es el verdadero triunfo: seguir mirando hacia delante y sin miedo. Alerta, sí, pero sin miedo.

Aún así, por supuesto y, haciendo gala de la exquisita educación recibida por mis progenitores, agradezco de corazón todas las felicitaciones recibidas de parte de toda mi gente. De más lejos o de más cerca, pero mi gente al fin y al cabo.

Porque ese es el gran regalo a mis 41 años: quiero y me quieren.

miércoles, 8 de junio de 2011

Recuerdos de mi infancia.

Hace un par de meses, en una de mis largas charlas a través de Skype con mi amiga Sarita, de la que ya os hablé, recordé una anécdota que viví, aunque no en primera persona, afortunadamente, a mis... calculo... 7 u 8 años.

Por aquel entonces mi familia disfrutaba de un buen nivel económico gracias al trabajo de mi padre en la banca y pasábamos los veranos en Vistahermosa, un gran complejo de edificios y chalés, con su club de golf, de tenis y su club social en el Puerto de Santa María, provincia de la Cádiz de mis orígenes.

Como buen lugar de vacaciones para unos pocos que se lo podían permitir, disfrutábamos de una extensísima playa privada.

Para los que conocéis las playas de Cádiz, sabréis de su gran extensión por lo que os podéis imaginar cómo era tener unas playas de ese tipo privada para los socios del club. Podíamos elegir, no sólo donde ponernos, sino incluso donde edificar un edificio entero si queríamos por la cantidad de playa sobrante.

Para haceros una idea, os contaré que teníamos sitio para los paseantes, los que querían jugar con las palas de tenis y para jugar al fútbol once contra once.

El caso es que dicha playa era privada como os cuento pero "sólo" de lunes a sábado. Los domingos éramos tan "solidarios" que permitíamos la entrada al resto de la "plebe" de las localidades próximas. Eso quería decir que los domingos la playa estaba atestada de gente y los socios aprovechabamos para ir a comer y a bañarnos en las piscinas del club.

Pues bien, uno de esos domingos en los que la playa estaba a reventar de gente unos vecinos míos recibieron la visita de un familiar (abuelo, creo recordar) de Canarias.

La cuestión es que este buen señor comió con su familia en el apartamento y tras el almuerzo decidió bajar a darse un baño, ocurriendo la desgracia de que sufriera un corte de digestión (esa es la versión oficiosa, porque para mi que fue un infarto) y el pobre murió en la misma playa.

Imaginaos el papelón. La playa llena de domingueros con sus sombrillas, sus mesas para comer, sus hamacas, sus botellas de cerveza y refrescos, la sandía enfriándose en la orilla del mar y este hombre fiambre en la orilla.

Pasaron las horas y el pobre muerto aún seguía ahí. Tapado, por supuesto, pero en la orillita del mar. Así que decidieron, por el bien de la imagen de la playa subirlo hasta la parte más alta. Eso sí, aún rodeado de gente, familias de varias generaciones: Hijos, primos, tíos, padres, abuelos y abuelas que bajo sus parasoles se atiborraban de la comida preparada para tal ocasión mientras iban comentando la jugada del pobre hombre todavía de cuerpo presente...y tan presente...

Mi padre, con los años me contaba que yo estaba estupefacto. Que desde los jardines de nuestro apartamento les hacía gestos a mis padres que estaban en el balcón sorprendido de que ese señor estuviese tantísimas horas allí tapado, con el calorazo que hacía mientras el resto de la gente disfrutaba de su día de playa como si tal cosa.

El caso es que pasaron las horas, la tarde entera, y las familias poco a poco fueron recogiendo sus cosas para volver a sus casas y emprender una nueva semana de trabajo tras un extraño día de playa...y el muerto seguía ahí...

Es más, es que es tradición en las costas de Cádiz celebrar carreras de caballos durante el atardecer (espectáculares atardeceres) en la playa durante el mes de agosto, y éstas son muy seguidas por un buen número de público que deciden terminar su día paseando por la orilla.

Pues se celebraron las carreras...y el muerto seguía ahí...

No recuerdo qué hora sería, pero sí sé que bastante tarde porque ya estaba anocheciendo, cuando por fin llegó un coche de la Guardia Civil acompañado por otro coche en el que imagino que iría el juez encargado de levantar el cadáver.

Y por fin se lo llevaron. El pobre muerto, bien muerto y cocido, porque tras más de 6 horas bajo unas mantas en pleno mes de agosto iría, cuanto menos, calentito.

Spain is different.

domingo, 29 de mayo de 2011

Videorama

Ufff... por fin encuentro un rato para escribir algo. Vaya semanita he tenido. Trabajo, clases y, como colofón mi hermana mayor, que se nos casa (o recasa) mañana.

Tenía ganas desde hace tiempo de hablaros de este video. Un video que desde que lo vi me impactó muchísimo. Se trata de un tema llamado "Rabbit in your headlight" de la banda británica Unkle.

El tema en sí no es malo, pero a decir verdad no es uno de mis estilos favoritos, aunque reconozco que es muy buena canción. Pero el video... el video es brutal.

Antes de nada, al César lo que es del César. Este video lo descubrí a través de mi amiga Sarita, una mexicana a la que conozco desde el año 2000 y que, hasta ahora nos hemos mantenido en contacto a rachas. A veces desaparecía uno y a veces el otro, pero siempre terminábamos reencontrándonos de nuevo. Y nuestra pena fue que mi viaje a México coincidió con una de esas etapas en la que ambos estábamos desaparecidos, así que no pudimos conocernos personalmente.

Que, por cierto... no se llama Sara... se llama Sarai, pero desde el principio la rebauticé como Sarita, y así me lo acepta y se quedará para siempre.

En fin, que me habló de este video y me lo envió y desde que lo vi capté toda su fuerza y toda su intensidad. Y me llega especialmente porque de alguna forma me siento identificado con el protagonista: un tipo en un túnel, en su mundo o, como decimos en España, a su puta bola. Maldiciendo, rebelándose contra todo, aguantando las embestidas de todo aquel que pretende hacerle daño y que lo observa con una mezcla entre indiferencia y asco pero que, en realidad lo que consiguen es hacerlo más fuerte.

Un tipo que se despoja de todo lo que lo cubre, lo que no le sirve, que se desnuda, y cae. Y cuando parece que no puede más, se vuelve a levantar y sigue caminando hacia su desconocido destino cada vez más fortalecido, ignorándo incluso al único que parece que quiere ayudarle.

Hasta que al final, en su propia desnudez reune toda su fortaleza, sonríe y se siente inmortal.

lunes, 23 de mayo de 2011

¿Cambio real?

Tenía muchas ganas de escribir algo sobre este fenómeno que ha desviado por unos días la atención de los españoles hacia algo que hasta hace muy poquito parecía imposible: que se iniciara una corriente de protesta activa entre, en principio lo más jóvenes y seguido después por una masa heterogénea de personas y de edades, cada cual con sus problemas o sus inquietudes.

Quería esperar al día después de las elecciones para ver el alcance real de tales movilizaciones, aunque visto lo visto creo que aún nos queda mucho por hacer, porque el resultado ha sido más de lo mismo. Se ha castigado al PSOE, lo cual era de esperar, ellos solitos se lo han ganado. Pero la cuestion es ¿cómo se les ha castigado? Pues de la misma forma de siempre, con el otro partido, el PP.

Pero es que no hay más... Esto es lo que hay, bipartidismo, aunque yo entendí este fenómeno de movilizaciones de otra forma. Para mi era una buenísima oportunidad de castigar a ambos. De votar, lo que sea, pero votar. Y sobre todo darle una oportunidad de aparición en el escenario político a otras fuerzas minoritarias que obligaran a los dos más grandes a pactar y a pasar por el aro.

Sin embargo seguimos en lo mismo de siempre. Un día de playa cojonudo que daba flojera ir a votar y una forma de protesta a través de la abstención y del voto en blanco o el voto nulo que en esta ocasión, a mi modo de entender no era la mejor opción. Lo que ha provocado que sólo haya ido a votar menos del 50% de los españoles y que el nivel de abstención, votos en blanco y votos nulos rocen el 48% del voto total. Y asi no...

De todas formas no está nada mal que la gente haya salido a la calle a molestar, porque daño, lo que es realmente daño no se ha hecho mucho. Sin embargo se ha puesto una semillita importante y, sobre todo hemos empezado a creer en nuestra verdadera fuerza, la del pueblo que ha gritado que ya estamos hasta los cojones de tanto mangante. De que casos como el de la Diputación de Castellón, los eres de Mercasevilla, el caso Gürtell y tantos otros pasen sin más, cuando a un simple mortal por el impago de una multa de tráfico nos crujen.


Hartos de la dictadura bancaria, las únicas empresas que pese a la crisis mundial siguen aumentando sus beneficios año a año. Que reciben un dinero (nuestro dinero) del Estado para flexibilizar el crédito y se lo guardan en el bolsillo y si te he visto, no me acuerdo...y no pasa nada...

Hartos de datos como ser el quinto país en el número de coches oficiales en el mundo.



Hartos de los millonarios sueldos de nuestros políticos y de las sumas de dinero en pensiones vitalicias a los ex presidentes y ex ministros.

Hartos de ver como a los funcionarios se les recorta el sueldo, se pasan meses protestando y ni caso. Sin embargo, a los señores eurodiputados se les dice que ya no más viajes en clase bussines, que a partir de ahora habrá que viajar en clase turista para recortar gastos y se monta un cristo de tal calibre que tengan que recular y anular esa decisión...

Hartos de que estos mamarrachos tengan vía libre y que no pase nada. Que tengamos impuestos y precios europeos y sueldos que apenas han subido en los últimos 10 años.

Todas esas protestas están muy bien. Que la gente se movilice de verdad es lo que debíamos haber hecho hace años, y no sólo salir a la calle cuando celebremos algún título futbolero, lo cual veo muy lícito. Pero se me plantea una cuestión: ¿qué bases tienen esas movilizaciones? Y, ¿quienes están a la cabeza? Porque se me antoja que ha sido un poco una improvisación que, para empezar no está nada mal, aunque creo que debe perdurar en el tiempo de una forma realmente organizada para ser de verdad una verdadera fuerza que deje de molestar a la clase política para pasar a tocarle realmente los cojones.



Ha sido curioso ver las diferentes posturas que han ido tomando las fuerzas políticas a medida que iban pasando los días y veían que, no sólo no era algo anecdótico, sino que a la concentración inicial del 15 de mayo se le fue uniendo cada vez más acciones y más ciudades incluso fuera de nuestras fronteras. Y ha sido curioso observar cómo los diferentes medios de comunicación han ido tratando este suceso, sobre todo cuando comenzó a trascender más allá de nuestro país.

Posturas de rechazo e incluso de mofa y de ridiculizar este movimiento por parte del lado más conservador de nuestra política y un intento que yo no terminé de entender jamás de aliarse con esta movilización por parte de lo que se considera el lado más progresista de nuestro panorama político.

Lo que sí quiero alabar ha sido la impecable organización, respeto y seriedad de todos los acampados, sobre todo en Madrid que han estado a la altura de lo que son, gente de principios en oposición a los dirigentes políticos que han querido disuadirlos con la política del miedo y de la represión policial.

Pero eso sí, nuestros señores diputados, alcaldes y demás gente de mal vivir tontos no son. Chorizos y ladrones, si, pero tontos no. Y sabían que un intento de desalojo policial habría sido echarse aún más mierda encima, aparte de una locura por la cantidad de gente que se ha reunido.

Espero y deseo que esto sea sólo el principio y que los que están y los que quieran estar en el futuro sientan que el pueblo estamos detrás respirandoles en la nuca.

lunes, 2 de mayo de 2011

Vuelta a lo cotidiano.

Hoy termino mi periodo de 15 días de vacaciones. Mañana, a las 6:20 de la mañana sonará de nuevo el despertador con esa bella y armoniosa melodía que tengo programada en mi móvil y de nuevo comenzará el ritual de cada mañana: retrasar el despertador 10 minutos más, ir al baño, vestirme, desayunar, sacar al Golfo para que haga sus necesidades y coger el coche para ir a la oficina y de allí irme a la plaza donde el cuadrante me manda.

Así día tras día, mañana tras mañana, con la única novedad de que me he encontrado con la sorpresa de que vuelvo a la plaza de la que nunca quise salir y donde mi trabajo me parece más llevadero.

Por la tarde, pues más de lo mismo. Tras una pequeña siesta para recuperar fuerzas, iré a la casa de las dos niñas a las que les doy clases particulares, las cuales, dicho sea de paso están sacando buenas notas desde que están conmigo.

Y, ¿qué he hecho durante estas vacaciones? Pues no gran cosa. La verdad es que he hecho de todo y no he hecho nada a la vez. Reseñable puede ser el acudir al ensayo de "Agreste", la nueva banda que han montado mis amigos Javi y Miguel, y sentir tras muchos años las sensaciones de un ensayo.

La verdad es que me dieron bastante envidia porque echo mucho de menos el estar dentro de la escena musical. Los ensayos agotadores, los conciertos más agotadores aún y, sobre todo esas magníficas discusiones a gritos con Miguel porque no doblo el bombo como debiera o esa manida frase que aún sigue utilizando de "no estas tocándolo como siempre". Aún no admite que...quizá...el que no lo está tocando como siempre es él...

Por lo demás, pues no gran cosa. Eso sí, el gran beneficiado de todo esto ha sido el Golfo, mi perro, que jamás había estado tanto tiempo conmigo y que nunca había dado paseos tan largos y tan agotadores. Tanto que en más de una ocasión se ha tumbado en el suelo negándose a seguir.


Es muy buena compañía el Golfete. La verdad es que es una responsabilidad, pero no me arrepiento para nada el haberlo adoptado. Muchas veces pienso que ha sido un error, porque a estos bichos se les quiere mucho, y más cuando es tu única compañía y, me duele pensar que, en circunstancias normales le voy a sobrevivir. Y, ¿por qué pienso en esas tonterías? Pues no lo sé, pero a veces se me viene a la cabeza. ¿Ves, Ale por qué te digo que es tan malo pensar? Lo mejor es vivir, sin más, preocupándote de aquello que de verdad tiene importancia, que el resto se capoteará cuando venga y como se pueda.

Lo que me hace volver a mi actual etapa, la de ser práctico. Cada día estoy más convencido que es lo mejor (lo siento Gabriela, aún así espero que me sigas leyendo), o lo más cómodo. Hay que dejarse llevar. Viva la filosofía de vida de Homer Simpson: "Si algo es dificil y duro de hacer, entonces no merece la pena hacerlo".

No llevar esa filosofía a todo su extremo porque los extremos como tales no son buenos, pero sí dejarse ir y bregar con los problemas según nos vayan viniendo, porque vendrán, os lo aseguro.

Así que, casi por primera vez en mi vida no me da pena que se me terminen las vacaciones. La cotidianeidad a veces es un buen remedio para todos aquellos cuya cabeza tiene vida propia y necesitamos calmarla en ciertos momentos. Además, ¡que hay que levantar el paìs, coño!

lunes, 25 de abril de 2011

De concierto

Hace unos días, viendo una película sonó un tema que hacía años que no escuchaba. Un tema de un grupo californiano llamado Big Soul. Y me pasó lo que me pasa muchas veces cuando se me presentan de nuevo viejas canciones de grupos que siempre me han gustado pero que, por uno u otro motivo no tengo material de éste. Me pregunto ¿por qué nunca me compré un disco de esta gente con lo que me gustaban?

Quizá el problema principal sea el de siempre, el money, money, que no da lugar a tenerlo todo (afortunadamente) y, como siempre en la vida, hay que elegir.

La primera referencia de este grupo la tengo en un video, no se si de la MTV o de cualquier otro canal que vi en la tele que mi amiga Malena tenía en su bar, Gramola, templo y segunda casa de unos cuantos amigos donde pasamos muchas horas, quizá más de las que debíamos y donde hubo muchas risas y más copas.

El caso es que, por cuestiones extrañas del destino, no recuerdo de qué forma, me entero de que esta banda iba a actuar en Málaga. Pero no en uno de los recintos donde por aquella época se acostumbraban a ver los conciertos, sino en un garito del centro por el que posteriormente pasaron otras formaciones y solistas de cierto renombre: el Cosa Nostra, lugar donde también tuve el honor de tocar con mi último grupo, aunque mejor no hacer mención de ese concierto, ya que no fue de los mejores que dimos. Algún día hablaré por aquí de todo lo que pasó en esa actuación... merece la pena...

El caso es que convencí a mi amigo Miguel que en aquel entonces era el bajista de mi grupo para que me acompañara y los dos salimos muy satisfechos de lo que presenciamos. Entre otras cosas porque Big Soul tenían un sonido muy cercano al que teníamos en Efecto Placebo, el grupo en el que Miguel y yo tocábamos.

Era un escenario pequeño, pero suficiente para que el trío californiano desplegara todo su repertorio basado en una divertida mezcla de sonidos rock y ritmos funkys, donde a la voz se alternaban el guitarrista de origen japonés Kelleth Chinn y la bajista Caroline Wampole a la que Miguel rebautizó como "la hija del granjero", por su aspecto espigado y su vestimenta "flower power".

Así que creo que, teniendo en cuenta que sus discos tienen ya unos años, me pasaré por el FNAC donde, lo más probable es que estén asequibles de precio y, más de diez años después lo incluya en mi discoteca particular.

No ha sido el mejor concierto que he visto en mi vida (es difícil destronar a mis adorados Stones) pero si que fue uno de esos conciertos que sin conocer demasiado al grupo que toca uno sabe que no va a salir defraudado.

Os dejo un par de muestras, uno en el que a la voz está Kelleth Chinn y otro el en que canta la "hija del granjero".

P.D Por cierto, suelo visitar con cierta frecuencia las estadísticas de visitas del blog y, salvo los datos de países como Argentina, México, Reino Unido y España donde sé que tengo amigos que me leen, me llama la atención visitas bastante frecuentes desde Estados Unidos. De hecho, acabo de crear esta entrada y ya hay 9 visitas desde este país.

Por favor, pediría a quien o quienes me lean desde allí que se hagan notar, porque realmente tengo mucha curiosidad de quien pudiera ser.

Ya os dejo en paz, que disfrutéis de los vídeos.


lunes, 18 de abril de 2011

Y ahora, ¿qué?

Comienzo 15 días de vacaciones. Y los comienzo con las ideas muy confusas y los sentimientos muy embarullados. Entre un sí y un no en el que ambos tienen razones de peso para su existencia pero en el que ninguno destaca sobre el otro.

Si hiciera una lista de pros y contras lo tendría realmente difícil porque la cosa quedaría en empate. Más que nada porque me encuentro en una situación necesaria, que quizá se me haya ido de las manos pero que considero, a la vez que no está mal que se me haya ido porque, posiblemente comenzar una nueva etapa no está mal, aunque tampoco sería nada malo continuar, con matices, eso sí, con la etapa anterior.

Han sido muchos días, muchos meses, cinco años en los que mi vida cambió por completo y, en los que, desde hace cuatro años cada año nuevo me trae un nuevo suceso desagradable.

De todos se aprende y, sobre todo te enseña a relativizar todo y volverte cada vez más práctico. Aunque, dentro de la confusión en la que me encuentro, no sé si la practicidad es algo producida por mi actual situación o por la edad, que hace que todo lo que antes era de vital importancia deje de tenerlo o, al menos sólo tenga la importancia que debe tener…o que tú le quieras dar.

Alguien me dijo hace tiempo que debes ser consciente de tus limitaciones y tratar de convivir con ellas. Y, joder, sí que tiene razón, como casi siempre. Y así lo he aplicado a mi vida. Y soy más feliz. O quizá no…no lo sé. Porque no sé si eso significa ser conformista o es producto de ser práctico.

Por tiiiii contaría la arena del mar. Por ti, yo sería capaz de matar. Y queeeee si te miento me castigue Dios… esto con la mano sobre el Evangelio te lo juro yo….

Disculpadme, sólo estaba cantando. Me he dejado llevar por esta melodía, una copla clásica que estoy escuchando en el momento en el que escribo toda esta paja mental, que no es más que otro síntoma de este instante en el que me encuentro, en el que de momento estoy riendo a carcajadas y un segundo después me hundo en el más profundo agujero que pueda existir.

Sí, me he vuelto cada vez más práctico, o más pragmático… otra vez no lo sé. Quizá de nuevo sea verdad aquello de que las cosas pasan por algo. Ocurren cosas que no entiendes, situaciones por las que te rebelas jurando en hebreo y cagándote en la puta madre de todo. Y, de repente, tiempo después sucede algo que le da sentido a todo aquello por lo que sufriste tanto.

Y de eso sé un poco, os lo aseguro. Y, quizá das por bueno todo aquello por lo que tanto sufriste. Hay puntos de inflexión en tu vida en los que te das tal clase de hostia que de repente despiertas y ves todo aquello que los demás siempre te avisaron que debías cambiar, pero que, hasta que tú mismo no te das cuenta de que tienes un problema no puede comenzar realmente el proceso de recuperación o de cambio.

Tienes a tu alrededor gente que constantemente miran por ti, y…¡qué coñazo de gente!... no paran de decirte lo que debes o no debes hacer. Hasta que la propia realidad te da tal bofetada que reaccionas y decides darle otro rumbo a tu vida. ¿Más práctica? ¡Joder, que no lo sé! Cada uno decide cómo hacerlo. A mi no me hagáis mucho caso, ya os he dicho que ni siquiera sé lo que pienso en estos momentos.

Todo alimento necesita su tiempo de cocinado, aunque las instrucciones de las patatas de microondas te tutéen. Así que, en esta corriente pragmática dejaré correr el tiempo y que él decida por mi, que yo ya no tengo ganas de tomar más decisiones.

Así que comienzo 15 días de vacaciones en los que, lo que realmente me motiva es el fútbol y los próximos enfrentamientos entre Real Madrid y Barça… ¡manda cojones!

sábado, 26 de marzo de 2011

Una pausa

Miles de gracias a todos los que me estáis siguiendo. Espero que lo sigáis haciendo en el futuro porque eso me animará a seguir escribiendo temas que aún tengo pendientes.

Pero me váis a perdonar que me tome un receso porque los ánimos no están para escribir nada. Son temas personales que, supongo que el tiempo irá calmando. Y ese tiempo me permitirá coger fuerzas para seguir con el blog.

Muchas gracias a todos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

¿Sí o no?

Sé que esta entrada va a traer cola, y sé que incumplo la promesa de no hablar de política. Pero quería expresar mi opinión sobre lo que está ocurriendo en Libia y mostrar públicamente mi apoyo a una intervención de los países occidentales para frenar algo que se vislumbraba como terrorífico.

No me pongo del lado de un sí a la guerra, porque creo que este caso es muy diferente al ocurrido en Irak. En Libia se está defendiendo un intento de revolución del pueblo que, animados por los resultados de las revueltas de Túnez y Egipto se levanta en defensa de sus libertades y se encuentra con las locuras de un Gadafi que es capaz de facilitar la llegada de cientos de sicarios para destrozar y asesinar a esa población que él mismo dice que lo aman.

¿Que el líder libio está asesinando con las armas que nosotros les hemos vendido? Sí, es cierto. ¿Que los que le están atacando ahora son los que antes se hacían fotos con él? También es cierto. Pero, ¿eso justifica que pueda hacer con su pueblo lo que a él le venga en gana? Rotundamente NO.

La comunidad democrática no podía quedarse de brazos cruzados ante semejante masacre. Era nuestro deber impedir esos cientos de asesinatos por el simple hecho de pedir algo básico para el ser humano como es la libertad.

Es una gran oportunidad para que los pueblos musulmanes caminen hacia la modernidad, algo que se les ha ido negando durante años, sí, lo admito, auspiciados por Occidente, pero eso no significa que se permita la tiranía a cualquier precio.

Quizá lo vemos tan terrorífico porque nosotros sí gozamos de esas libertades que tanto ansía el pueblo libio. Pero quizá, si fuésemos nosotros los tiranizados y los atemorizados por la amenaza constante de muerte si nos movemos no veríamos tan mal que la ONU interviniese para, al menos garantizar nuestro derecho a la protesta.

¿El petróleo? Libia supone tan sólo el 2% de la producción petrolífera, aunque sí es cierto que es una plaza estratégica de gran valor.

Yo, lo único que quisera sería que todo esto no se enquistara en una guerra civil, ni que se prolongase en el tiempo. Pero, ¿qué otra solución habría? ¿El diálogo? ¿Qué diálogo, si Gadafi se ha ocupado de callar todas las bocas a base de asesinatos?

Lo siento, amigo Miguel, se que me vas a poner a caldo, pero lo tengo claro, estoy totalmente a favor de la intervención en Libia.

jueves, 17 de marzo de 2011

Cosas veredes...

Dándole sentido al título de esta sección del blog, pretendía hacer lo mismo que en mi álbum de Facebook "El cajón de los desastres", es decir, poner imágenes de todo aquello que me llamase la atención, pero hoy quiero dedicar este apartado a ciertas cosas que he oído que me dejan tan boquiabierto como muchas de esas fotografías que os he ido mostrando.

Todos conocemos la terrible desgracia que está sufriendo el pueblo japonés. Miles de muertos, miles de desaparecidos, desabastecimiento de agua, luz, comida, miles de familias destrozadas, miles de personas sin hogar... en fin, algo horroroso.

Y, cuando se supone que todo el mundo debemos volcarnos, cada uno en la medida de sus posibilidades en apoyarlos y en tenderles una mano, surgen imbéciles que, como suele pasar, mean fuera del tiesto.

Y lo que más me sorprende es que estos torpes (por llamarlos de una forma educada) son gente preparada. Gente con una supuesta buena educación, gente con buenos estudios, gente con supuestos modales.

Me refiero al Sr. Godall, ex directivo del F.C Barcelona en la era Laporta que ha comparado la tragedia de Japón con la "tragedia de ser español".



Antes de seguir quiero dejar muy claro que en esta entrada dejo de un lado los nacionalismos, sean de uno o de otro lado, entre otras cosas porque son cosas que ni me preocupan. Tengo otros problemas más graves que el de sentirme de una u otra tierra o de abanderar unos u otros colores. Sólo me refiero a este tipo porque es un imbécil de grado mayor, y me da igual si es catalán como si es gallego, o es andaluz o de Moldavia. El que es imbécil es imbécil haya nacido donde haya nacido.

Porque la cosa no acaba aquí. Porque si sólo fuese imbecil, bueno, el pobre ha nacido así, ¿qué le vamos a hacer? Lo que me parece más sangrante es el grado de insensibilidad del que presume.

A este señor (le llamo señor por educación) me gustaría a mi verle sufriendo el terrible horror que están sufriendo todos esos seres humanos que han perdido todo. Pero es muy bonito verlo todo desde la comodidad de su casita de no sé cuantos millones y desde la seguridad de su cuenta corriente calentita.

Pero es que la cosa no acaba aquí, porque, para mayor despropósito escucho a otro tipo del que no recuerdo el nombre, ni me interesa recordarlo diciendo que lo que realmente nos preocupa de todo esto es que España pierde millones de euros provenientes del turismo japonés.

Es para coger a unos cuantos, meterlos en un avión y mandarlos para allá y a ver si, una vez allí tienen cojones de decir lo mismo.

En fin, lo dicho, cosas veredes, amigo Sancho que non crederes.

martes, 15 de marzo de 2011

Agradecimientos

Como podréis observar, ha habido cambios en el diseño del blog. No es gran cosa, pero tenía ganas de darle otro aspecto a la cabecera que me parecía muy triste sólo con la foto de la sombra.

Así que le encargué el diseño de dicha cabecera a mi amigo Manu, un tío estupendo al que conocí por Internet de forma un tanto accidental hace ya... joder, Manu, ya han pasado 12 años!!! y al que tuve el tremendo placer de conocer personalmente, tanto a él como a su maravillosa familia en mi viaje a México en noviembre de 2002. Porque, claro, no lo he dicho, Manu es mexicano, pero fijaros si es un tipo inteligente que, viviendo en la capital, en México D.F se trasladó a vivir al sur, a Xalapa, al lugar de nacimiento de su esposa Greetel porque consideraban que el D.F no era un lugar idóneo para educar a sus hijos.

Y es cierto. Yo he estado en ese lugar y es la ciudad del caos, del smog y de todos es sabido el nivel de violencia que existe en esa inmensísima ciudad.

No conozco su nuevo hogar, Xalapa, pero cualquier otro sitio diferente a México D.F es bueno, os lo aseguro.

Así que, aprovechando la amistad que me une a Manu y, aprovechando que él es diseñador gráfico con muchos años de experiencia, le pedí el favor de encargarse del diseño de la cabecera, pero sin prisas, cuando su trabajo se lo permitiera. Y, como suele hacer siempre, no me hizo esperar. Enseguida me envió varias propuestas y, tras exponerle mis ideas tomando como referencia las suyas, me envió la que podéis ver, que he dejado como definitiva.

Y éste es además parte del espíritu de este blog. No sólo acepto, sino que me encantaría que los que me leéis me aportárais vuestras ideas o, incluso escritos ya terminados para que, entre todos podamos completar este pequeño cajón desastre.

Millones de gracias, Manu, un abrazo enorme.

domingo, 13 de marzo de 2011

Sonrían, por favor

No quería dejar pasar la oportunidad de hablar los argentinos Les Luthiers, estos genios del buen humor, del humor con clase, con inteligencia y sin caer en lo soez.




He tenido la oportunidad de verlos en vivo varias veces y os puedo decir que es de lo mejorcito que he visto sobre un escenario. Son grandes músicos, multiinstrumentistas y con una vastísima cultura musical que dejan ver en cada uno de sus espectáculos.


Hacen gala del nombre del grupo con la fabricación de diferentes instrumentos elaborados con elementos cotidianos como una lata de jamón, mobiliario de cualquiera de nuestros cuartos de baño o maquinarias de agua que hacen funcionar un improvisado teclado.



Desafinaducha, yerbomatófono, dactilófono, tubófono, manguelódica pneumática, alt pipe a vara, guitarra dulce, lirodoro o mandocleta son nombre de algunos de estos instrumentos que aumentan aún más lo absurdo de muchas de sus situaciones utilizando siempre un humor elegante y limpio.

El grupo, creado por Gerardo Masana (1937-1973) en los años 60 ha evolucionado con entradas y salidas de miembros hasta llegar a hoy con cinco integrantes: Jorge Maronna, Carlos López Puccio, Carlos Núñez Cortés, Ernesto Acher y Daniel Rabinovich.

En youtube podéis ver infinidad de momentos de sus espectáculos, y yo he elegido este en concreto porque, además de ser significativo del sentido del humor de Les Luthiers, en este fragmento están todos los componentes sobre el escenario, con la única ausencia de Johann Sebastian Mastropiero, imaginario autor de muchas de las obras del grupo y sexto elemento, aunque sólo exista en la imaginación de los cómicos argentinos.

Disfrutadlo.



viernes, 11 de marzo de 2011

Recuerdos

No tenía pensado escribir nada hoy, pero me he decidido a hacerlo a raiz de un post de mi amiga Francisca en Facebook sobre la percepción de olores de forma repentina.

"A veces me llegan olores de perfumes que no están, por ejemplo a sándalo. ¿os ha pasado alguna vez?"

Le he contestado que a mi, a veces se me vienen olores, golpes de viento que de repente me transportan a tiempos pasados, sobre todo de la niñez. Pero son instantes cortos, de apenas medio segundo. Son percepciones agradables que, a veces me hacen dudar de si el pasado fue mejor.

Trato de ser positivo y pensar que no, que lo mejor está por venir, porque la experiencia de momentos vividos quizá puedan hacerme saborear los momentos futuros de una forma más intensa.

Sin embargo, a veces me gusta calmar la prisa de mi vida, de la vida de cualquiera de nosotros en la que no tenemos tiempo para uno mismo y me gusta ponerme música de las que hace años que no escucho buscando esos olores, esos golpes de viento que me hagan disfrutar de nuevo de esas sensaciones que me hicieron feliz en otros momentos.

Hace unas semanas, de nuevo escuchando la radio citaron una frase que me pareció muy buena y, de hecho se la envie por sms a mi pareja inmediatamente después de escucharla. La frase decía: "Tanto tiempo le di al tiempo que, con la espera del tiempo no tuve tiempo para mi".

La verdad es que no tengo ni idea de quién es el autor/a de la cita, pero me encantó y, al tiempo me dió rabia pensar ¿por qué no se me ocurren a mi esas frases?

Pero es cierto, no tenemos tiempo para nosotros. Un momento al día que debería ser obligatorio por ley en el que podamos tomar aire y esbozar en la cara una sonrisa de gilipollas rememorando tiempos pasados, músicas pasadas, sensaciones pasadas y olores concretos asociados a momentos especiales.

Porque, por muy dura que haya sido la vida de cualquiera de nosotros, en algún momento hemos sido felices. Pequeños instantes en los que una ocurrencia de alguien, una buena película, una gran canción o cualquier otra cosa haya provocado en nosotros un sentimiento especial que perdura en el tiempo.

Soy nostálgico por naturaleza, me viene de familia y, muchas veces me planteo si eso es bueno o no, por lo mismo que he dicho antes: porque el pasado, pasado está y siempre hay que pensar que quedan muchos momentos felices por venir. Pero con el tiempo me he dado cuenta de que la nostalgia no es mala. No es malo mirar atrás y volver a sentir esos pequeños momentos de felicidad porque de esa forma volvemos a ser felices.

Así que seguiré escuchando mi vieja música cada vez que me apetezca rememorar situaciones pasadas, y seguiré viendo esas fotos que he visto cientos de veces con la esperanza de sentirme por un instante de nuevo en ese lugar y en ese momento para seguir recibiendo esos olores de los que hablaba mi amiga Francisca, esos golpes de viento que me lleven a momentos de ayer.

jueves, 10 de marzo de 2011

Tarde de radio

Esta semana me ha tocado trabajar a turno partido, lo cual siempre es más cansado que hacerlo de un tirón. Pero ya que tenía que estar, he tratado de hacerlo lo más ameno posible y, para ello me he enganchado a la radio, a retomar el placer de escuchar lo que otros nos cuentan.

Y he puesto la Cadena Ser, concretamente el programa "La Ventana", que ya escuchaba hace 20 años, en mi época universitaria cuando aún no teníamos Internet y yo consumía horas y horas de radio.

Estaban en una tertulia la escritora Rosa Regàs y un grupo de chicos en torno a los 25-30 años. Hablaban de la vejez y, más concretamente de la relación que tienen nuestros mayores con el tema de la muerte.



Me ha llamado muchísimo la atención las dos posturas totalmente opuestas ante este fenómeno que tenía los jóvenes y Rosa Regàs. La escritora hablaba de la muerte con tal naturalidad que los jóvenes no terminaban de asimilarlo.

Pero lo que mas me ha sorprendido es que yo, con 40 años estaba más del lado de la escritora que de los jóvenes. No es que diga que con mi edad vea la muerte como algo que simplemente es y está, pero sí admito que, no sé si por la experiencia del fallecimiento de mis padres o por qué, veo la muerte como algo natural y sólo temo la forma de morir, no la muerte en sí.

Es cierto que el miedo real está en lo desconocido, pero a todo se acostumbra uno, y haber vivido ya la desaparición de varios miembros de mi familia hace que mi postura sea más fría, o más natural, como prefiráis llamarlo.

Recuerdo que, cuando murió mi madre me sorprendió muchísimo ver que en la calle todo seguía igual. No pretendo que el mundo se hubiese parado a mi alrededor, es absurdo, pero yo estaba en una burbuja donde todo era muy increíble, y todo pasaba a cámara lenta...sin embargo el mundo no se detenía. La gente por la calle seguía con sus prisas, los conductores se desesperaban en los atascos, los camareros servían desayunos a toda velocidad... y yo estaba ahí, parado, bloqueado.

Sin embargo, cuando murió mi padre todo fue más natural. Ya tenía asumido que todo allí fuera iba a seguir como siempre, importándole un carajo a todo el mundo que yo estuviese hundido.

Quizá la verdadera diferencia estuvo en que mi madre murió de una forma repentina e inesperada y a mi padre lo vimos consumirse día a día.

Pero, en conclusión, ambas experiencias me hicieron aceptar la muerte y temer sólo de qué forma llegaría, porque el día que este sevidor estire la pata, ahí fuera seguirá todo como siempre, con prisas, con atascos y con desayunos servidos a toda velocidad.

lunes, 7 de marzo de 2011

A veces me pregunto...

Trabajo cada día rodeado de coches. Coches grandes, coches pequeños, de diferentes colores, de diferente antigüedad, coches más limpios, coches menos limpios, coches cuya diferencia con un vertedero de basura es mínima, etc.

Y en todo este tiempo trabjando en este sector he podido observar algo que me trae de cabeza, porque no logro entenderlo.

Mi pregunta es: ¿por qué los turismos grandes, por lo general no tienen limpiaparabrisas trasero?

Para muestra, un botón


De verdad que es algo que no termino de entender, porque se da el caso de que yo soy usuario de uno de estos coches (conduzco un Seat Toledo) y me revienta que, cuando llueve no veo una mierda por el cristal trasero.

¿A qué maléfico plan pertenece esto? ¿Es que se supone que a los conductores de coches de 5 puertas (otra cosa que no entiendo, son 4 puertas o, en todo caso 6 contando maletero y capó del motor) nos da igual que en caso de lluvia el parabrisas trasero esté lleno de gotas que nos impida ver?

Porque, además, si seguimos observando, no todos los coches grandes carecen de limpiaparabrisas trasero, porque si miramos un poco a nuestro alrededor resulta que los todoterrenos, los monovolúmenes y grandes furgonetas sí que los tienen.

Otra prueba


Lo de los todoterrenos lo puedo entender, porque se supone que, al poder circular por zonas de campo y suelos embarrados, el limpiaparabrisas trasero es de gran ayuda para la visibilidad, sin tener en cuenta que son pocos los que utilizan este tipo de vehículo para esta función.

Pero, ¿lo de los monovolúmenes? ¿Qué diferencia hay con un turismo si el uso de ambos es el mismo?

En fin, si alguno de vosotros tiene alguna respuesta, por favor que me la de, porque de verdad que no lo entiendo.

viernes, 4 de marzo de 2011

Se han perdido las buenas maneras

Ayer fuimos mi pareja y yo a hacer una compra para llenar una nevera que ya daba gritos de auxilio. Una compra normal, la de cualquier familia que se alimenta lo mejor que puede con el sueldo que gana.

Hasta ahí todo normal. Sin embargo, esta mañana, al desayunar me entretengo leyendo una bolsa de patatas para preparar en el microondas y, al leer las instrucciones de cocinado me encuentro con la sorpresa de que ¡las patatas me están tuteando!

La prueba la tenéis en la foto que os dejo aquí. Y podréis pensar, en el mejor de los casos, que exagero, aunque más bien creo que la mayoría pensaréis que estoy mal de la olla o que estoy demasiado aburrido.





Pero os hablo en serio. Soy fruto de la educación que recibí de mis padres y, en esa educación me insistieron en que a un desconocido, y más si es un cliente (y yo soy cliente de esas patatas) no se le tutea, sino que se le habla de usted.

Igual que pienso que el sistema educativo de este país empezó a irse al carajo en el momento en el que Don Francisco pasó a ser Paco y, cuando el profesor pasó de ser "ese cabrón que me tiene amargado" a ser "el colega que es muy colega, pero cuando me confío me la clava". Eso sí, queda muy guay llamarle de tú.

Lo siento, podré parecer un carca, o un pijo (fresa para mis lectores mexicanos), pero soy de los que cree firmemente en que hay ciertas formas que siempre se deben guardar y, lo siento, pero no tolero que unas patatas desconocidas me tuteen.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Reacciones

Aún no ha pasado una semana desde la apertura de este blog y ya he recibido reacciones de mi querido y respetado público respecto al contenido que he ido poniendo.

En general la respuesta ha sido buena, sois bastante generosos con este humilde redactor cuya única pretensión es la de escribir cosas porque sí, por el simple placer de compartirlas y contarlas. Y dar cabida en este pequeño espacio que he hecho mío a todo aquel que quiera colaborar con algún contenido que, prometo no tendrá ningún tipo de censura.

Uno pasa por diferentes experiencias en su vida de las que va aprendiendo y va tomando nota para ir madurando y poder decir aquello de "más sabe el diablo por viejo que por diablo" y, los que me conocéis sabéis que en los últimos años he tenido experiencias, cuanto menos de gran calado, por no decir muy desagradables. El fallecimiento de mis padres en un intervalo de tiempo de tan sólo un año y un día (una condena), mis pretensiones de convertirme en hombre antorcha que dieron como resultado dos meses a pensión completa en el hospital y, por si fuera poco, ahora una de mis hermanas está pasando por un mal momento de salud del que estoy seguro que saldrá bien porque, además de estar muy bien rodeada de buena gente, estamos nosotros, su familia.

¿Por qué cuento ahora todo esto? No lo sé muy bien, pero quizá es por desahogo y por explicar el verdadero motivo de este blog. Es posible que sea una forma de querer perpetuar pensamientos, gustos y recuerdos en un ejercicio de melancolía y en esa odiosa manía que tenemos algunos de mirar hacia atrás cuando lo realmente interesante es lo que tenemos delante y está por venir. Por eso este blog se convertirá en un futuro y, con el tiempo en un testimonio personal de lo que pensaba o hacía hace algunos años.

En definitiva, me quedo con la reacción de mi hermana mayor al conocer que yo estaba escribiendo un blog:

- (Cara entre asco y asombro) "¿¿¿Que tú estás escribiendo un blog??? ¿¿¿Y para qué quieres escribir tú un blog??? Que lo escriba Belén Esteban, vale, pero ¿¿¿tú??? ¿¿¿para qué???

Aún se escuchan las carcajadas mía y de mi pareja al escuchar semejante reacción. Porque no nos engañemos, la Esteban tiene muchos más crédito que yo para escribir lo que se le ocurra, que para eso es la Princesa del Pueblo (manda cojones).