lunes, 25 de abril de 2011

De concierto

Hace unos días, viendo una película sonó un tema que hacía años que no escuchaba. Un tema de un grupo californiano llamado Big Soul. Y me pasó lo que me pasa muchas veces cuando se me presentan de nuevo viejas canciones de grupos que siempre me han gustado pero que, por uno u otro motivo no tengo material de éste. Me pregunto ¿por qué nunca me compré un disco de esta gente con lo que me gustaban?

Quizá el problema principal sea el de siempre, el money, money, que no da lugar a tenerlo todo (afortunadamente) y, como siempre en la vida, hay que elegir.

La primera referencia de este grupo la tengo en un video, no se si de la MTV o de cualquier otro canal que vi en la tele que mi amiga Malena tenía en su bar, Gramola, templo y segunda casa de unos cuantos amigos donde pasamos muchas horas, quizá más de las que debíamos y donde hubo muchas risas y más copas.

El caso es que, por cuestiones extrañas del destino, no recuerdo de qué forma, me entero de que esta banda iba a actuar en Málaga. Pero no en uno de los recintos donde por aquella época se acostumbraban a ver los conciertos, sino en un garito del centro por el que posteriormente pasaron otras formaciones y solistas de cierto renombre: el Cosa Nostra, lugar donde también tuve el honor de tocar con mi último grupo, aunque mejor no hacer mención de ese concierto, ya que no fue de los mejores que dimos. Algún día hablaré por aquí de todo lo que pasó en esa actuación... merece la pena...

El caso es que convencí a mi amigo Miguel que en aquel entonces era el bajista de mi grupo para que me acompañara y los dos salimos muy satisfechos de lo que presenciamos. Entre otras cosas porque Big Soul tenían un sonido muy cercano al que teníamos en Efecto Placebo, el grupo en el que Miguel y yo tocábamos.

Era un escenario pequeño, pero suficiente para que el trío californiano desplegara todo su repertorio basado en una divertida mezcla de sonidos rock y ritmos funkys, donde a la voz se alternaban el guitarrista de origen japonés Kelleth Chinn y la bajista Caroline Wampole a la que Miguel rebautizó como "la hija del granjero", por su aspecto espigado y su vestimenta "flower power".

Así que creo que, teniendo en cuenta que sus discos tienen ya unos años, me pasaré por el FNAC donde, lo más probable es que estén asequibles de precio y, más de diez años después lo incluya en mi discoteca particular.

No ha sido el mejor concierto que he visto en mi vida (es difícil destronar a mis adorados Stones) pero si que fue uno de esos conciertos que sin conocer demasiado al grupo que toca uno sabe que no va a salir defraudado.

Os dejo un par de muestras, uno en el que a la voz está Kelleth Chinn y otro el en que canta la "hija del granjero".

P.D Por cierto, suelo visitar con cierta frecuencia las estadísticas de visitas del blog y, salvo los datos de países como Argentina, México, Reino Unido y España donde sé que tengo amigos que me leen, me llama la atención visitas bastante frecuentes desde Estados Unidos. De hecho, acabo de crear esta entrada y ya hay 9 visitas desde este país.

Por favor, pediría a quien o quienes me lean desde allí que se hagan notar, porque realmente tengo mucha curiosidad de quien pudiera ser.

Ya os dejo en paz, que disfrutéis de los vídeos.


lunes, 18 de abril de 2011

Y ahora, ¿qué?

Comienzo 15 días de vacaciones. Y los comienzo con las ideas muy confusas y los sentimientos muy embarullados. Entre un sí y un no en el que ambos tienen razones de peso para su existencia pero en el que ninguno destaca sobre el otro.

Si hiciera una lista de pros y contras lo tendría realmente difícil porque la cosa quedaría en empate. Más que nada porque me encuentro en una situación necesaria, que quizá se me haya ido de las manos pero que considero, a la vez que no está mal que se me haya ido porque, posiblemente comenzar una nueva etapa no está mal, aunque tampoco sería nada malo continuar, con matices, eso sí, con la etapa anterior.

Han sido muchos días, muchos meses, cinco años en los que mi vida cambió por completo y, en los que, desde hace cuatro años cada año nuevo me trae un nuevo suceso desagradable.

De todos se aprende y, sobre todo te enseña a relativizar todo y volverte cada vez más práctico. Aunque, dentro de la confusión en la que me encuentro, no sé si la practicidad es algo producida por mi actual situación o por la edad, que hace que todo lo que antes era de vital importancia deje de tenerlo o, al menos sólo tenga la importancia que debe tener…o que tú le quieras dar.

Alguien me dijo hace tiempo que debes ser consciente de tus limitaciones y tratar de convivir con ellas. Y, joder, sí que tiene razón, como casi siempre. Y así lo he aplicado a mi vida. Y soy más feliz. O quizá no…no lo sé. Porque no sé si eso significa ser conformista o es producto de ser práctico.

Por tiiiii contaría la arena del mar. Por ti, yo sería capaz de matar. Y queeeee si te miento me castigue Dios… esto con la mano sobre el Evangelio te lo juro yo….

Disculpadme, sólo estaba cantando. Me he dejado llevar por esta melodía, una copla clásica que estoy escuchando en el momento en el que escribo toda esta paja mental, que no es más que otro síntoma de este instante en el que me encuentro, en el que de momento estoy riendo a carcajadas y un segundo después me hundo en el más profundo agujero que pueda existir.

Sí, me he vuelto cada vez más práctico, o más pragmático… otra vez no lo sé. Quizá de nuevo sea verdad aquello de que las cosas pasan por algo. Ocurren cosas que no entiendes, situaciones por las que te rebelas jurando en hebreo y cagándote en la puta madre de todo. Y, de repente, tiempo después sucede algo que le da sentido a todo aquello por lo que sufriste tanto.

Y de eso sé un poco, os lo aseguro. Y, quizá das por bueno todo aquello por lo que tanto sufriste. Hay puntos de inflexión en tu vida en los que te das tal clase de hostia que de repente despiertas y ves todo aquello que los demás siempre te avisaron que debías cambiar, pero que, hasta que tú mismo no te das cuenta de que tienes un problema no puede comenzar realmente el proceso de recuperación o de cambio.

Tienes a tu alrededor gente que constantemente miran por ti, y…¡qué coñazo de gente!... no paran de decirte lo que debes o no debes hacer. Hasta que la propia realidad te da tal bofetada que reaccionas y decides darle otro rumbo a tu vida. ¿Más práctica? ¡Joder, que no lo sé! Cada uno decide cómo hacerlo. A mi no me hagáis mucho caso, ya os he dicho que ni siquiera sé lo que pienso en estos momentos.

Todo alimento necesita su tiempo de cocinado, aunque las instrucciones de las patatas de microondas te tutéen. Así que, en esta corriente pragmática dejaré correr el tiempo y que él decida por mi, que yo ya no tengo ganas de tomar más decisiones.

Así que comienzo 15 días de vacaciones en los que, lo que realmente me motiva es el fútbol y los próximos enfrentamientos entre Real Madrid y Barça… ¡manda cojones!