viernes, 24 de febrero de 2012

Un año ya…

Cómo pasan los meses, y cómo cambian las cosas en la vida en tan corto espacio de tiempo.

Hoy se cumple un año del nacimiento de este blog. Un blog que, a medida que se han ido sucediendo acontecimientos ha ido cambiando en temática, pero sobre todo en frecuencia a la hora de contaros cosas.

Como en todo, también en esto de escribir lo que a uno le apetece, y sobre lo que a uno le apetece el estado de ánimo juega un papel importante. Quizá es eso a lo que los creadores llaman ‘musas’. Pero, en cualquier caso, sea como sea, el desánimo personal o las musas no han permitido crecer a este blog como a mi me hubiese gustado.

La diferencia entre los principios y ahora es que, por una mayor estabilidad personal, casi cualquier tema me parecía interesante de ser contado. Sin embargo, en estos momentos en los que dicha estabilidad brilla por su ausencia pasa exactamente lo contrario: se me ocurren temas, pero, entre la falta de incentivos y la desgana en general creo que esos temas son absurdos. Igual de absurdos que los que he ido contando, seguramente, pero antes me sentía con más fuerza para expresarlos.

Y, por otro lado, el observar lo que cambian las cosas en tan sólo un año me anima. Me anima a pensar que solamente basta un segundo para que lo negro se vuelva blanco. Porque si hace tan sólo un año tenía una pareja y un trabajo y en un 'pispás' eso se va al carajo, creo que también en un simple 'pispás' puedo volver a una situación más favorable. Espero…

Pero en fin, que la experiencia es, ha sido y seguirá siendo muy gratificante, por lo que me resisto a darme por vencido y, aunque sea recurriendo a lo más fácil para mi, que es escribir sobre música, este blog seguirá en marcha y en él vosotros iréis viendo en qué estado me encuentro, porque no dejará de ser siempre un buen indicador de mi ánimo.

En este año he escrito de muchas cosas. De música, de política, de cuestiones que me han llamado la atención, de mis costumbres… etc. Hasta de una bolsa de patatas que se permitió el lujo de tutearme descaradamente. Y en este tiempo he recibido todo tipo de visitas de muchas partes del mundo.

La lista de visitas por países la encabeza, como es lógico mi España de mis amores y mis sufrimientos (gracias por vuestra paciencia), seguido de México (gracias, Manu y Sarita), Estados Unidos, Argentina (gracias, Sebas, Paula y Gus), Alemania, Reino Unido (gracias, Marina por leerme el tiempo que estuviste allí), Rusia, Canadá, Chile, Colombia, y más países entre los que me llama la atención 5 visitas en Moldavia…

La entrada más leída ha sido la protagonizada por Celia, la hija menor de mi ex. Aquella que hablaba de los pastores alemanes que no se ríen, que está muy destacada sobre la segunda entrada más visitada que es la que le dediqué al grupo argentino Les Luthiers.

Y eso se debe a que muchos de mis lectores han llegado a mi blog a través de Google empleando palabras e imágenes de búsqueda que les han hecho llegar hasta mi modesto espacio de desahogo personal.

Parece ser que no es nada extraño que la gente se acuerde de Rex, el perro policía, aunque sí me resulta más raro que una de las búsquedas más usuales sea el de la imagen de alguien con un globo de chicle explotado sobre la cara. Porque esas dos búsquedas son las más numerosas a la hora de llegar hasta aquí, y han sido las que han puesto en primer lugar a la entrada a la que me he referido antes por encima de la segunda entrada más leída en casi el doble de visitas.

No sé qué me espera de aquí en adelante. Espero y lucho por que sea algo mejor, pero, aunque sea sólo a ratitos, seguiré empleando este espacio como lugar para compartir.

Muchas gracias a todos por dedicar unos minutos de vuestras vidas en leer mis desvaríos.